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Full text of "Elder Silva 1985 Cuadernos Agrarios"

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Eider Silva 

Cuadernos agrarios 


Premio Poesía 26^ Feria 








EIDER SILVA 

Cuadernos agrarios 



Premio de la cadena 

261 Feria Nacional Libros y Grabados 


Jurado 


Circe Mata 
Enrique Fierro 
Víctor Cunha 



«AZ dulce lamentar de dos pastores; 
Nemoroso el huevón. Salido el pelotudo^. 

Antonio Cisneros 




1 - ALGUNOS BOCETOS 




SALTO - PUEBLO LAVA1.I.EJA 


Voy junto a la ventanilla. 

Algún pájaro atraviesa 

la incandescencia de los faros, el haz de sodio 
que los faros del ómnibas difunden entre 
la noche. ¿Serán lechuziis? ¿Serán murcie* 
lagos? 

Pájaros que cruzan: 

un ardoroso plumaje en el aiie virgiliano. 

Adentro solo se escucha el mmor, degiadado y per¬ 
sistente, del macadam molido bajo los neumáticos, 
la voz de alguno hablándole al compañero de asiento, 
voces en los puestos de la policía caminera. 

Y el si¬ 
gilo del polvo enamorado, 

empapándolo todo. 


9 



BOCETOS 


Inmóvil, 

un benteveo ciuitii elr\play-back 
en lo alto del mojincrtí' de la 
casa. 

Desde la higuera otro ben¬ 
teveo no respmide. 

O oscuclui. 

Quién sabe a quién escucha o 
responde, mientras (ejerce su oficio 
de persistir en medio de la luz, 

—Esa luz reitenula 
en las plumas d(*l buche.— 

O 

hastía en el aire poliüdo ix>r la dobla 
claridad, 

por la i)r(X5lania, que con creoes, 
sobrevendrá en el vuelo y el desorden. 


io 



DE AEliONAUTlCA 


Reitero ¡ilguiios atardíHx res con avispas, 

abejas, 

o coleópteros, 

c'onipacítos 

esciiaclr()iu\s dtí jejenes, 

lilxdnlas ])ini()l()r<‘S 

con bélicos cpie hov^ giran entrelíiu as. H<‘i(ero 
las langostas tierra-aire, 

la niisilística 

en los ixislizales. 


II 



OTROS b(x:.t:tos 


Hay un |_Xí(|ucrio ceiiieniterio dosde 
donde se lc?vaiitan Fuegos aziilinos 
en las noclies. Hay veintiocho casas 
de adote. 

Las colinas peladas 
bajo el preairío sol de enero. 

Hay este bíijío cíísí sin ain^ 

Un campo fiscal 

donde mueren catelkxs abandonados 
y horizontas. 

—osciu'ecidas y difusos 

©n ei replay. 

Ajenos^.— 

La carretera doiide una tarde 
el micro de « L1 Caimán» se traía su 
estela de polvo 

mientras mi padre fumaba, 
etseuchando «Milonga de ojois dorado^;» 
en ex 4 


12 



DE AI.AMOS 


Recuento álíuiios entre ladridos lejanos. 

Bajo nuestras botas la palabra akimeda 
y todo el prestigio de í|iie goza cutre 
las letras niiicioiiales, 

lumitas caídas, Iiojuelas 

donde las oiaigas cumplen sus ciclos silenciosos. 
Recuento el sol en vilo, 
en la alameda donde nos besábamos 
entonces contaminados de inocencia. 



EN i:i. OMNIBUS 


Un automóvil p('rs(*<^uiclcj por otro 
solm* {‘1 pílenle. 

Abajo, 

el an'oyito 

de Garcilaso (uilrt^ iniiismas. 

Unos cerros. 

Unos teños obviarnt^nle azules 
a lo lejos, ocultos tras los t^spinillaJes t'n 
desoxiden. 

O jXM* la alambrada, 

il(‘s(le donde un 

ehnrrinche a pleno trino, 
ct>ndec*t>ra txnno t‘orrespoiKl<‘ 

a la sexjuía, 

a la IkisIu de t‘slt‘ idilio. 


14 



PARA UNA AGENCIA DE NaiICIAS 


Norteaméricii solo era un nombrí' 
vinculado a la süla eléchica, 
a GariJd Chí'ss'nnan, 

a Li muerte de 

los Kennedy iJustiada en SELECCIONES. 
Y no a la derrota en Bahía de Cochinos. 



PAGINA EN REPLAY 


Frente al centro de salud, del Ministerio 
de Salud Pública (MSP), con otros gurises 
hacíamos fila en las mañanas. 

A los pobres nos entregaban cajas de 
leche en polvo. 

En un pueblo distante 150 kms 
do la capital del' departamento, en medio del 
latifundio, entre miles de cabezas de ganado, 
nos entregaban leche en polvo. 

O paquetes de 

cuáquer o de arroz^ 

marcados ci:)ONATED BY ALIANZA 
PARA EL PROGRESO*. 

.NO SE PUEDE VENDER, 
NI CAMBIAR. 
NAO SE PODE TROCAR. 
NOT CHANCE*. 

Yo tenia nueve años, y había 
nacido en 1955. 


16 



COMENTARIOS EN OTOÑO 


No. Las golondrinas no emigran a Sequeira, 
ni a pueblo Cuaró, unos kilómetros más 
lejos. 

Tampoco a Yacaré, 

en la frontera 

con Brasil. 

Emigran a otras tierras. 

Dan la \melta al mundo. 



PROYECTO DE POSTAL 


En la fotognifía hay una mancha oscura. 
¿Una mosca? ¿Las patas de mía mosca? 

¿Las mandíbulas de una mosca justo 
cuando abría el diafragma de la 
cámara? 

Tus ojos no quedaron 
fijados para siempre en esa foto, 
a la cual te negabas. 

Y ante la que 
pusiste insostenible argumentos: 

El acné. Las ojeras. El desarreglo 
de los jeans. 

Aunque imperfecta, 

yo guardo esa fotografía entre otros 

tantos papeles indelebles, 

por si mi día devengo entojnólogo o 

algo parecido, 

y decido estudiar 
el comportamiento de las moscas 
con respecto a las vírgenes amadas, 
o de cómo se fiTistran los poemas 

en relación 

a la KODAK, tu posterior olvido, 
los insectos. 


18 



2 - APUNTES PARA UN WESTERN 




APUNTES VA\{\ UN WESTERN 


Tal vez usleil «lo eiilic*iida i\slc> que escribo, 
padre. El cai)ilaJisiiio os hostil a lodo y a 
cualquier ent(íJidlniieiito cnitre el campo y 
la ciudad. 

Pero debe saber c[ue uo pretendo eludir 
el problema. Busco palabras (lue le sean fieles en 
el tráveliii: 

El sombrero alón, 

las botas, 

las espuelas hundiéndose en el barro 
antes de montar. 


O cuando se aleja del 

caserío envuelto en el poncho de bayeta, 
y los gurisas 

—nosotros y los extras— 
diciéndole «hasta luego, hasta luego». 

Entonces, 

nada sabíamos acerca de bandidos, 
ni de balaceras. Apenas de densos polvazales, 
ya instalados en la sangre infantil. 

Y de aquella 

tarde en que usted ensilló de nuevo, 
después de la convalescencia, 
y salió hacia los ceiTos al galope, 

subiendo 

y bajando por los pedregales. 


orilla del celuloide 


como por la 


en «Ringo cabalga de nuevo». 



I. A. 


Si algún día vüdvés hasta aquella madrugada 
pornográfica, y llegas junto al hoyo 
que dejamos entre el rocío y las 
matas de chilca, 

después del abrazo humcxlecidc) 
por los ingenuos círculos de música. 

Y si ese día encuentras esas piedras 
redondas, que vos clasificabas ('n la palma 
de la mano junto al agua.. 

Si las enouentos: 

tíralas. Toma punU'iía, 
y tíralas contra el fragor de los polvazalcs, 
entre el silencio que pasó debajo de 
los huesos, éntre los^ muchos vt'rsos inter¬ 
polados en él alba. 

Alguien te dirá las verdades desde su punto 
de vista. 

Agradecido. 

Yo estaré agradecido 
de todo lo que hagas a favor del olvido. 

Mi mano será quien cumpla la misión 
de deletrear los renglones ((ue merezcas. 

Te llegaránoen offset^ 

impresos y firma¬ 
dos con todo el rigor del pelotudo. 



SECUENCIAS DE VIAJE 


Itapcbí. 

Tala. 

Valentín Gmnde. 

Otro cusí'ií:) luimaclo Pueblo Celeste, 

iban quedando atrás en el espejo retrovisor 

y en la vaguetas niqueladas del viejo Chrysler. 

También otro pueblito 

que no tenía nombre escrito en ningún 

cartel, 

y que no fue más que un gmpo de árboles 
ranchos escorados, aparecidos en el parabrisas, 
como un fotograma de «Lo viejo y lo nuevo» 
de Eisenstein. 

También quedó para detrás 
un pájaro espinero, 

que dmante unos metros 
revoloteó jimto a la ventanilla, 
en un vano intento de oompiender 
los uiovimientos de nuestras bocas, 
las palabras de tío Mariano 

hablando de 

cuando estaban construyendo la Ruta 31, 
y pidió empleo a la compañía, 

porque te¬ 
nía que ayudar a formar el sindicato. 



límites de una CRONICA 


Detrás de los chilcales que bordean el pueblo, 
de los plantíos de girasol enano y las 
melgas con zapallares amarillentos, 
estaban las calandrias posadas en los hilos 
telefónicos. 

¿Un telefonograma más? 

Una buena noticia desde Sequeira c^on destino 
a Salto, o desde Guaviyii de Arapey 
paia Pueblo Belén? 

Las calandrias posadas 

—sosteniéndose apenas— 

c‘agan líricamente 

l>or las retinas del niño leetor-de-nueve-añosH 

Juan José MorosoJi. Monteiro Lobato y la buena leche 

de Emilia o Naricita. 

El escándalo de toda la pajarería, 
como un estorbo en la memoria: 

tópicos azules, 

suma de trinos donde giraron pilma veras, 
plumajes p<‘r[>( l nados en los versos, 

aires, 

que un día (aiobiéii se hicieron mierda. 


24 



VUELTA A LA TIERRA 


Reúno, 

o trato de reunir espacios para un poema. 
No más metáforas: 

Alusiones. I1usíoik‘s en una 
hilera de silos, depósitos de granos. 

¿Dónde? 

La historia y su cuenta regresiva. Dos 
pasos atrás. Tres pasos atiás. No se cuántos 
pasos atrás se dieron en el problema de la te¬ 
nencia de la tierra. 

No se cuánto se avanzó, 
para que la palabra hectárea, 

entrara en 

núes tía lírica sin ser una herejía. 

O pai*a que las palabras: 

Créditos. Importación- 

Exportación. Revolución Científico Técnica aplicada 
a la agricultura, 

entraian a este texto a pesar 
de temas también urgentes, como id latifundio y 
sus efluvios financieros: 
monopolio en los frigoríficos, 
intermediación del verso, 

fuga de capitales. 


25 




3 - ULTIMOS CUADERNOS 




TRAV'KLÍN 


En bicicleta hasta Pueblo Olivera, por la calle 
do piedias puiituda<s. O iK>r ííaininos vecinalles, 
Ixxrdeiindo cinacinas, 

anacaluiitales, 

hasta que en nunlio del denso jx dah'o —tm uno 
de los infinitos altos— 

se asoman las casitas 

achatadas. 

Allí la greda es seca; Los pedregales 
se repiten hasta el hartazgo y eiirte ellos 
apenas crecen timas, espinas de la ci iiz, 
malas hierbas. 

Allí tuve una muchacha 
de ojos claros y rodillas siempre juntas, 
de quien me había enamorado a los quince años, 
y a los veinte seguía. 

Y todo aquel mido en la cabeza, se había 
convertido como en cien poemas para ella. 

A la tarde fiitbol, 

y a la noche baile en la 
escuela o en el club. 


Los hombres se reunían 
a orillas dcl pasadiscos, de las placas en giro. 
Qimrían escuchar «Las sei-pentinas», «No hay 
tieiTa como la mía*. Y el mono García, 

(pie era (^1 dísc-jokey: está bien mi amigo, 
está bien ird amigo. 


28 



En algún rincón nosotros acercábamos nuestros 
cuerpos victoriosos, 

olvidados del mundo, 
de los huérfanos muertos en tiena ajena. 
Cuando todavía no dudábamos de nuestra 
inmortalidad. 



CUADERNO AGRARIO 


Iai retrosix^ctivii no to'mina señalando 
fechas, 

momentos imprecisos, osamentas de 
caballos iinu rtos al coslaclo de la nita. 

En la alusión de un verso no caben los 
ranche»iíos. Ni lluvias impeitinentes, 
ni bandadas de tordos 
liartos de tanto vuelo inútil; 

Asi la luz 

no depende de lo oscuro ni de la huida 
de las sombras. 

Aunque ahora al levantarnos 
en la mañana, tropecemos con las gallinas 
cloí|ueando por el patio, 

o desde esta ventana, 
intentemas medir el salto de garrocha, 
el esfuxTzo del sol cruzando los ras¬ 
trojos, 

las parvas, 

sobre la mala distribución 

do la tierra. 


31 




í \ DICE 

1 - ALGUNOS BOCETOS 7 

Salto - Pueblo Lavalleja 9 

BíK't'tos 10 
De aeronáutica 11 

Otros bocetos 12 

De álamos 13 

En el ómnibus 14 

Para una agencia de noticias 15 

Página en replay 16 

Comentarios en otoño 17 

Proyecto de postal 18 

2 - APUNTES PARA UN WESTERN 19 
Apuntes para un western 21 

L A. 22 

Secuencias de un viaje 23 

Límites de una crónica 24 

Vuelta a la tierra 25 

3 - ULTIMOS CUADERNOS 27 

Trav-eUn 29 
Cuaderno agrario 31 




CuadetTios Agrarios de Eider Süva, Premio de 
Poesía do la 26^ Feria Nadonal de Libros y 
Grabados, se terminó de imprimir el 27 de 
noviembre de 1985, en la Imprenta Gama, 
gracias a la colaboración de las Instituciones 
vinculadas a la Feria que fundaron el Premio 
de la Cadena. 





'Premio de la cadena 
26± Feria Nacional de Libros y Grabados 
Montevideo Uruguay 1983 -.